Este verano de 2.014, en el mes de agosto, perdí a mi gato "Tarzán" por una enfermedad.
Es una pérdida muy dura, era un buen compañero, cariñoso, dulce...
Siempre me hacía compañía. Cuando llegaba a casa, me recibía con cariño y dormía conmigo en mi cama. Me compraré otro gato, con el tiempo, pero "Tarzán" siempre estará en mi corazón.
Le extraño mucho y lo he compartido con el grupo, esto ha dado pie a que hablásemos de la pérdida de los seres queridos, una mascota es también un miembro de la familia. Hemos hablado de la necesidad de llorar y del derecho a saber y a estar con nuestra familia cuándo muere alguien o está muy enfermo en el hospital. Es mejor que nos lo digan, así nos desahogamos todos juntos.
Autora: Elisabeth Martínez
Grupo de Autogestores de los miércoles (Leganés)
