Empecé en viviendas el 10 de noviembre del 2014 y entré muy nervioso porque no sabía cómo me iban a ver los compañeros/as. En viviendas hay seis chalets, tres de chicas y tres de chicos. Yo vivo en el chalet tres. También está control que es una zona común en la que estamos todos/as viendo la tele y a veces comemos y cenamos allí los fines de semana y en los cumpleaños de los compañeros/as. Luego ya fui conociendo a los compañeros/as poco a poco y cuando conocí a los compañeros/as me hice amigo de Contre, que es mi compañero de habitación en el chalet 3. En el chalet hago distintas tareas como son: barrer, fregar, limpiar espejos, ducharme… También friego los platos el día que me toca y también colaboro en las tareas comunes de control. Con los compañeros/as me llevo genial y tengo otro amigo que se llama Luismi, que también le empecé a conocer cuando entré en viviendas.
Las monitoras me ayudan en todo lo que pueden. Si tengo algún problema me ayudan a resolverlo. Yo siempre me voy a llevar bien con ellas porque son muy majas. También hacemos tareas durante la semana. Los lunes, lavamos las toallas de las duchas, los miércoles lavamos las sábanas y el resto de días por la tarde, hacemos lo que las monitoras nos indican para mantener nuestra casa limpia entre todos. Antes no sabía planchar la ropa, pero ahora he aprendido.
Desde que estoy en viviendas me siento bien, aunque tengo que ir conociendo más a los compañeros/as porque todavía les conozco poco. Me siento más independiente y más libre. También me caliento el café del desayuno yo solo y cuando me toca voy a recoger la cena a control.
En el control cenamos los viernes, los sábados y los domingos y cuando hay algún cumpleaños. En el control cuando cenamos hay mucho barullo porque somos muchos/as y no nos callamos. Las monitoras se enfadan cuando todos/as menos yo dan voces, porque yo hablo poquito y bajito.
Estoy contento con el cambio porque también estoy probando en dos centros ocupacionales más que están muy cerca de las viviendas, sobretodo uno, al que me quiero cambiar.
Texto: Mario García